miércoles, 22 de agosto de 2012
LA MARCHA DEL SINDICATO ANDALUZ DE TRABAJADORES
El SAT con Juan Manuel
Sánchez Gordillo al frente, toman pacíficamente la finca “Moratalla”, de Hornachuelos
en Córdoba, tras manifestarse en Jaén,
reivindicando trabajo para los jornaleros del campo y demás trabajadores en paro.
Con cuarenta y cuatro grados a
la sombra y cincuenta y muchos al sol, estos esforzados de la lucha pacífica por el trabajo
y la dignidad humana, se lanzan al único terreno al que tienen acceso para
exigir que todos, a saber: los que tienen en sus manos remediar muchos males,
pongan cordura y algunos de los bienes sin explotar que poseen, para contribuir
a remediar la deseperación en la que están cayendo, tras la precaria existencia que
llevan años padeciendo, a cuenta de la delicuente injusticia instalada, con el sutil
pretexto de una crisis económica y financiera que alguien se ha encargado de generar,
contangiar y expandir, cual siniestra epidemia del medievo, pero con pingües
beneficios para él a cargo de recortes en derechos sociales adquiridos.
No es humanamente comprensible
conciliar apatía e indeferencia, y la paz de conciencia hedonista que lucen
algunos responsables morales –no solo políticos ¡ojo!- de este país nuestro, en
este ferragosto andaluz donde todo el
que puede se quita de la calle buscando un ventilador y sombra para paliar
sofocos, ante el grito desesperado de impotencia de muchos compatriotas nuestros
reclamando ganarse su agua y trozo de pan a base de sufrir en sus ya laceradas
carnes el rigor de la referida canícula, por esos caminos del agro, donde
además se les quiere negar –por algún responsable de la autoridad- el bíblico
socorro que ampara al peregrino, prestada por la solidaria complicidad de
familiares y compañeros identificados con la reivindicación, para paliar la
sed, el cansancio y el hambre que en su marcha los está desgastando, aunque
menos que la indiferencia, en el mejor de los casos, y la perversa maledicencia
que soportan de parte de aquellos que quieren acallar sus conciencias,
difamando y descalificando, escudándose en la supuesta argucia de la dirigida farsa
que están representando. Falaz excusa.
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