LA LASTRA

-Curro, menos má que’r día viene clareando.
-Sí, paisano; después der temporás arrasás con toa la semana santa.
-Bueno, er miércoles verí’usté las cofradías que salieron aquí.
-Un rato, por la tarde. Salí ar encuentro de La Pasión, al Alcásas, y Er Carvario, en S’Andrés.
-¿Y, no vi’usté a la paloma de Capuchinos?
-Sí, paisano, que no m’acordaba. Jesa no me la pierdo nunca, pos, con jesas bandas de música, da gusto.
-Allí, en er pueblo, también hubo Pasos en la calle. Después, na más c’agua.
-Tampoco, tanta. Pero, inoportuna si c’ha sío.
-Yo no sé por aquí, pero un refresco pa la tierra na más, y ha quitao negosio y dineros a mucha gente.
-To’r mundo selebrando los días tan güenos de las vísperas, paisano, pa pasaslos to por agua después.
-Ar perro flaco to se le vuerven purgas, Curro. Pa’r primero de mayo, la movida der día der trabajo v’a a sés de las que no se recuerdan.
-¿Por qué lo dis’osté?
-Curro, porque ca ves s’están serrando más empresas, siendo muchas, de las que trincaron sus buenas susvensiones cuando s’intalaron.
-Pos, ahora, con la que tié’nsima, no sé qué puén jasés.
-Mu sensillo, Curro, apretáse’r cinturón, como tós los currelantes, y esprimís la sesera, pa intentás capoteá’r temporás con ideas.
-Er temporás que dis’osté, por la pinta que tié, se va quedás con mosotros mucho tiempo, paisano. Y, con los políticos que mos jan tocao, ni le digo.
-Bueno, elesiones, las tenemos a la vuerta de la’squina. A vés si, los que tanto largan, se presentan con ideas y ganas de servís, pa mejorás las cosas.
-¡Trincás! Jesas son las ideas y las ganas que traen tós. Y, si no se lo cre’osté, ahí están los chanchullos de las prejubilaciones d’Andalusía.
-Pos, jeso, Curro, esperemos que ya’sté más controlao, porque’n lo que llevamos d’año, s’han sumao serca de cuatro mís nuevos ERE. A vés si, p’otro lao, se crea trabajo.
-Como’stá to, no lo veo yo, paisano. Pué que, en er ejérsito, por aquello de c’hay sordaos muestros en to’r mundo. Y, como los líos no paran entre los musurmanes…
-Pae, de lo de Yemen, no sé que desisle; pero, lo de Siria, confiemos en la prudensia de los que desidieron intervenís en Libia, como no sea pa’ntendese con Damasco.
-Paisano. ¿Entendese, con tanta leña y muertos?, ¡por c’allí la polisía tir’a matás!
-Lo de Siria, Curro, no tié na que vés con lo de Libia.
-Y osté, ¿por qué lo dise?, paisano ¿No será porque los Omeyas eran d’allí?
-Sipote, Curro. No se trat’ahora de pensás en Córdoba y en Alándalus. Es qu’ese país, y sus dirigentes, tién su peso en jesa región, mediando entre’r Líbano, Israés, e Irán.
-Totás, ¿que si l’apetese tenés un pueblo esclvisao, er mundo mira p’otro lao?
-¿De qué se va’strañás usté. Acaso, arguien le dise mu, a China?
-Pos si, pa l’intervensión en Libia, la ONU estuvo tan dispuesta, ahora se le caerá la cara de vergüensa, de no jasés na.
-Cuando’n er mundo, entra’n juego los intereses de los poderosos; acuerdes’usté de los mercaos, s’acabó lo de los derechos humanos, Curro.
-Ya’stoy viendo, paisano, que to’s un montaje. Yo, osté sabe, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…

LA LASTRA

-Paisano, ¿s’ha vení’osté, pa’chá’quí la semana santa? -No, Curro. Hoy m’iré y vorveré’r viesnes santo. No’stá la’conomía pa muchos dispendios. -No se vay’osté a ponés como los direstivos y ejecutivos de la banca. C’osté no l’han tocao sus ingresos. -Si usté no considera tocás, lo que nos jasen los políticos de Bruselas ar aseite d’oliva, vale. Per’ar sestós lo tién frito, nunca mejós dicho. Ahora que, lo de la banca, m’alegro, Curro. -Ya sabía yo c’osté se ib’alegrás. Unque yo, comprederá, no pue’stá d’acuerdo con jesas intromisiones der gobiesno en l’asuntos de la’mpresas privás. -¿Y que tós paguemos, cuando han entrao’n bancarrota, cómo lo v’usté? Porque pa jeso, los banqueros han jestao mu listos, pidiéndole ayua a Sapatero, que la pagamos tós. -Paisano. Una situasión que no’speraban ni ellos. La crisis ha venío d’afuera. -No. Y perdone usté. La crisis, ha venío y ha ío, porque los especuladores d’aquí y d’allá, perdieron la mesura en su afán de lleváselo to, y ya sab’usté que l’avarisia rompe’r saco. -Er que tié un negosio, paisano, no me dir’osté que no busca donde más benefisios le den, porque si no ¿de dónde v’a sacás las ganansias y lo que’r fisco se lleva? -Ar fisco, pagamos muchos. Y movés un negosio tié sus riesgos, que no tenemos porqué pagás los demás. Más si, luego, lo primero que trincan se lo reparten entre’llos a cara perro. ¡Como Telefónica!, Curro. -¿Qué le pasa a la Telefónica? -¿No s’ha’nterao usté? Pos que’stá’n juego serca de seis mís puestos de trabajo, que quién eliminás. -Pos se van a quedás solos. Jestá visto que toas la’mpresas lo’stán pasando má. -¿Qué dis’usté?... ¡Que quien aprovechás la crisis pa produsís lo mismo con menos gente!, que’s más barato. -Ya’stá’sté buscándole las sinco patas ar gato. -No, pae. Ver’usté: Echan a una parte de la gente, y les ponen los congojos a l’altura de l’amísdalas a los que se quean; y así, er terreno s’allana, pa que pasen por er aro der recorte en derechos sosiales. La crisis, Curro, va sés pretesto pa llevase por delante to. -Se v’a llevás to; muchos acuerdos patronales, con gobernantes, y con los banqueros que, si suertan un euro, es a base d’usura. A lo’mpresarios se l’han puesto mu má. -Sí, a argunos sí. Pero, siguiendo con los de la compañía de teléfonos, no pué sés echás a la gente, y prometés un paquete de millones en insentivos pa los dirigentes. -Jeso será si consiguen osjetivos, paisano. -Un contradios, Curro, ¿Qué objetivos?, con la desasón que se v’a creás en la plantilla. ¡En ves d’animaslos a producís, con descansos pa’stá con los suyos!: ¡Un despropósito! -Despropósito, er de Setapé en China. Er colega n’asierta ni cuando s’equivoca. ¿A qué tanto presumís conque China p’acá, China p’allá? ¿No se dará cuenta que como mejó’stá’s callao? -Su ingenuidá, Curro, ya preocupa jasta Sonsoles… -No me’straña, paisano. Menos los interesaos, to’r mundo preocupaos con sus desisiones. Ahí ti’osté, ar Gadafi, que no se deside a largase. -Sin embargo’r presidente Buteflika, d’Argelia, va cogé’r toro por los cuesnos, y va reformás la costitusión, pa vés si carma los ánimos der personás, partisipando más. -Argo es argo; es cuestión de mirás las barbas de los vesinos. Yo, mientras, osté sabe, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo.

LA LASTRA

-De sus senisas, y’habrá vist’osté, paisano, que a Setapé no lo van a dejás salís. -Curro, usté deje corrés er agua der río. Pos, aunque muchos lo crean, es un cadáver que goza de mu güena salús. -Pué sés. Pero, pa levantás su senotafio elestorás, ya’stán muchos arremangaos. -Pos, que no tengan, jesos adelantaos, que colocasle luego su propio nombre. -No; si jeso nadie lo discute, paisano. Pos, er panorama no pué’stá más desolao con Portugás, lansando eseoeses, y mosotros escalando puestos con er paro que no tié techo. -Un asunto, Curro, que se frenaría si, tós, de una ves por toas, metiésemos mano a la’conomía sumergía, y mirásemos más pos lo nuestro. -¿Y yo, qué pueo jasés? -Usté y yo, y tós los que quién lusís pelo en pecho patriotero, declará’r fisco er dinero que movemos, y no ísnos con él ar estranjero. -¡Jeso l’hago yo!, paisano. Tós los meses, de la pensión, me sacan mis dineritos. -No, to, Curro. Cuand’usté, no jase mucho, me contó que’r mecánico dentista también l’había sacao los cuartos arreglándole la dentadura, ¿le pidió usté fastura? -¡Paisano! Pos, jeso, es más dinero que sortás. Pos, entonses, er iva, se lo tié que cargás. -¿Y qué? Curro: si los que queremos de jasés un mundo más justo, y sobre to, nuestro país, no cumplimos con nuestras obligasiones comunitarias, tenemos que serrás er piquito y desís que lo blanco es negro. -Si, tantos mangantes, no se lo llevaran… La gente, a lo mejós, se rescaría’r borsillo. Pero, osté, tié muchos monos en la cabesa. -¡Claro! Y así, lo mejós, jechasle la curpa’r gobiesno. Y, largás tela, cuando vemos las insoportables sifras der paro que nos afisian. -Pos la mala cabesa de los políticos. Y la juventú, mano sobre mano. C’así, vaya’r futuro que l’espera. -Estamos, Curro. Pero nosotros no nos vamos a escapás de las consecuensias que’sto traerá. -¡Mosotros, ya’stamos caducaos! -No, pae. Ya ver’usté. Los jóvenes, a través de las redes sosiales en internés, s’están organisando y, las imágenes en los medios lo mostraron jase unos días en varias siudades españolas, no van a seguís callaos. -Ya. Pero, jeso son pataletas que no mos van a solucionás na. -Pué. Pero, a nuestra edá, si seguimos cómodamente instalaos en este egoísmo, satisfechos con la paguita que creemos tenés segura, ya ver’usté lo que nos espera. -¿Y porqué a mosotros? -Curro, a nosotros sólo, no. A to’r que tenga’rgo. ¿Usté, no s’acuerda der libro ¡Indignaos!, der c’hablamos la semana pasá?: Pos, está sirculando por toas las facurtades estudiantiles que se presien, y creando espestativa. -¿M’est’osté, metiendo jindama? -L’estoy previniendo, Curro, porque ningún milagro v’arreglanos na, sólo si, empesando por los políticos, y terminando por nosotros, por más de que’stemos a punto d’entregás las jerramientas de comés, ponemos argo de nuestra parte. -¡Osté, to lo quié arreglás, sacándole los cuartos ar personás! -Pos lo menos, los que tenemos la obligasión de pagás. Y, sin jasés trampas. -Con lo mío, paisano, van a jasés poco. -Con lo suyo, y lo mío, y lo de tantos que lo’scamotean, son cuarenta mís millones. -Venga, vale. Yo, mientras, osté sabe, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…

LA LASTRA

-Curro, ¿sabe usté, que cuando ganen las elecciones los del PP, la sanidad y la educación la vamos a tener que pagar, los que la utilicemos? -Rafalita, jeso’s lo que disen los sosiatas pa que los incautos no voten Rajoy. -Los incautos, no, to’r que conosca’r paño, Curro. Pos, un dirigente destacao, de su partido, se despachó jase unos días con que, tal como está dejando l’arcas Sapatero, la sosiedá der bienestás se irá’r garete. -Paisano; osté me dirá, con jesta crisis. -Entonses, no l’ech’usté la curp’a l'otros. Cuando en er médico l’hagan una reseta que ya no sea gratis, como ahora, a vés como le sienta. -¿A los pensionistas, mos va costás también? -Con er despirfarro c’argunos tién con las medisinas, ¿de qué nos vamos a estrañás?, Curro. -Paisano, ¡pos, pa jeso pagamos ya! ¿O’s que, le paese a osté poco’r sacaero de dineros que tién con mosotros? -A mí, qué me va paresés poco; sobre to’r que nos sacan a los pringaos. Ya me gustaría que s’aplicaran con los bancos y con tantos escamoteadores de profesión, que se lo llevan ar extranjero. Ahí, ti’usté a los der caso Ballena Blanca. -Ar cabo de tantos años, ¿se van de rositas? -¿No s’ha’ntera’usté? Después de pillás con las manos en las masa, a diesinueve delicuentes, condenan a sinco. -Sinco años, presentando pruebas la fiscalía, ¿pa ná? Jesos, tién ar tribunás comprao. -Yo no lo sé, Curro, pero no son l’únicos. Claro, si se tratase d’un padre de familia sin empleo, otro gallo cantaría, como dise Menese por tangos flamencos. -A uno le cuesta, paisano, tenés que creés, todavía, jesas cosas. -Pos, ya v’usté. Son muchos los atropellos que se ven actuásmente pa pensás que vivimos en Jauja. -No; si jeso lo sé yo. D'ahí, mi queja con las formas de Setapé y los suyos, en er gobiesno. -D’este, y otros. En Fransia, publicaron un libro, no jase mucho; c’ahora sale aquí, que se llama: ¡Indignaos!, pa que la gente, que está hasta el gorro, se tire a la calle a protestás. -Entonses, ya’stamos con los follones, ¡como’n otros tiempos! -¡No! Curro, insurressión pasífica; la gente ahora no v’a salís a quemás conventos. Pero, sí a desísle a los jueses y policías que’spabilen y que los delicuentes que van en yates y limusinas, como los de Ballena Blanca, no se rían de’r personás, robándole en las narises. -Pos, que se lo digan ar gobiesno, na más, paisano. -¡Vale!, ar gobiesno también habrá c’abucheaslo. Y, sobre to, si se pone a disposisión de los que mandan en er cotarro, pa no vorverlos a votás. -Jeso es. Aunque a Setapé, me paese a mí, le quean tres telediarios en La Moncloa. -Bueno; jestá por vés. Y’ha dicho que no se presentará en los prósimos comisios. Pos, como’r ave fénis, es capás de salís de sus senisas. -Ya veremos. Por sierto, me acordé d’osté er otro día, escuchando en diresto a la cantaora Anabel Castillo. -M’han dicho que’s mu flamenquita. Toca tós los palos, y además que se da sus pataítas por bulerías. -No se la pierda, paisano. Ya le contaré; mientras, osté sabe, yo con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…