LA LASTRA

-Curro, ¿sabe usté, que cuando ganen las elecciones los del PP, la sanidad y la educación la vamos a tener que pagar, los que la utilicemos? -Rafalita, jeso’s lo que disen los sosiatas pa que los incautos no voten Rajoy. -Los incautos, no, to’r que conosca’r paño, Curro. Pos, un dirigente destacao, de su partido, se despachó jase unos días con que, tal como está dejando l’arcas Sapatero, la sosiedá der bienestás se irá’r garete. -Paisano; osté me dirá, con jesta crisis. -Entonses, no l’ech’usté la curp’a l'otros. Cuando en er médico l’hagan una reseta que ya no sea gratis, como ahora, a vés como le sienta. -¿A los pensionistas, mos va costás también? -Con er despirfarro c’argunos tién con las medisinas, ¿de qué nos vamos a estrañás?, Curro. -Paisano, ¡pos, pa jeso pagamos ya! ¿O’s que, le paese a osté poco’r sacaero de dineros que tién con mosotros? -A mí, qué me va paresés poco; sobre to’r que nos sacan a los pringaos. Ya me gustaría que s’aplicaran con los bancos y con tantos escamoteadores de profesión, que se lo llevan ar extranjero. Ahí, ti’usté a los der caso Ballena Blanca. -Ar cabo de tantos años, ¿se van de rositas? -¿No s’ha’ntera’usté? Después de pillás con las manos en las masa, a diesinueve delicuentes, condenan a sinco. -Sinco años, presentando pruebas la fiscalía, ¿pa ná? Jesos, tién ar tribunás comprao. -Yo no lo sé, Curro, pero no son l’únicos. Claro, si se tratase d’un padre de familia sin empleo, otro gallo cantaría, como dise Menese por tangos flamencos. -A uno le cuesta, paisano, tenés que creés, todavía, jesas cosas. -Pos, ya v’usté. Son muchos los atropellos que se ven actuásmente pa pensás que vivimos en Jauja. -No; si jeso lo sé yo. D'ahí, mi queja con las formas de Setapé y los suyos, en er gobiesno. -D’este, y otros. En Fransia, publicaron un libro, no jase mucho; c’ahora sale aquí, que se llama: ¡Indignaos!, pa que la gente, que está hasta el gorro, se tire a la calle a protestás. -Entonses, ya’stamos con los follones, ¡como’n otros tiempos! -¡No! Curro, insurressión pasífica; la gente ahora no v’a salís a quemás conventos. Pero, sí a desísle a los jueses y policías que’spabilen y que los delicuentes que van en yates y limusinas, como los de Ballena Blanca, no se rían de’r personás, robándole en las narises. -Pos, que se lo digan ar gobiesno, na más, paisano. -¡Vale!, ar gobiesno también habrá c’abucheaslo. Y, sobre to, si se pone a disposisión de los que mandan en er cotarro, pa no vorverlos a votás. -Jeso es. Aunque a Setapé, me paese a mí, le quean tres telediarios en La Moncloa. -Bueno; jestá por vés. Y’ha dicho que no se presentará en los prósimos comisios. Pos, como’r ave fénis, es capás de salís de sus senisas. -Ya veremos. Por sierto, me acordé d’osté er otro día, escuchando en diresto a la cantaora Anabel Castillo. -M’han dicho que’s mu flamenquita. Toca tós los palos, y además que se da sus pataítas por bulerías. -No se la pierda, paisano. Ya le contaré; mientras, osté sabe, yo con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…