LA LASTRA

-¡Ea!, Curro, ya tenemos aquí, a las puertas de casa, otr’asedio de Troya. Como’r que no quié la cosa. -No sé, pae, ¿cómo fue aquello de Troya? A mí, lo de Libia, me se jase como que’s un debés humanitario pa que las cosas no lleguen a más. -Y jeso, una ves que se cargan los missiles ¿quién lo controlará? Yo, Curro, estoy con quiés piensan que se debía jabés agotao los recursos diplomáticos. -Osté’s mu’ngenuo, paisano. Ar Gadafi, si no se l’enseñan los dientes, como cuando le bombardearon tós los palasios que tié, no l’ata corto naide. -Er problema, Curro, jes que teniendo rehén a su pueblo, pa disuadisle, puén caés muchos inosentes antes. -Pos, ya me dir’oste cómo se pué’vitás jeso, con las bravuconás con las c’amenasaba a to bicho viviente, cuando sus tropas avansaban pa Bengasi. -¡Ya! Pero vay’usté a sabés, con la poca informasión que nos llega, qué’stará pasando allí, n’ostante los pepinasos que le’stán pegando. -Paisano, la tele dise que pos lo pronto, los bombardeos der distadós s’han parao. -¡Sí! Jeso’s lo que se dise aquí. Pero, Curro, er contigente militás de los paises que s’han unío, no ha tenío un mando único jasta ayés. Veremos. -Yo, mi’osté, creo que por una ves, se van jasés las cosas bien. -No, Curro; jese no’s mi caso. Porque, vamos a vés: con la cantidá d’atentaos c’hay astuarmente contra los derechos humanos en to’r mundo; recuerd’usté a la misma China, con la c’ahora estamos a partís un piñón. ¿A qué intervenís, sólo’n Libia? -Pae, en to’r mundo, no vamos acudís a la ves. Com’a estos los tenemos ahí’nfrente, po’s naturás que vayamos antes. Además, la ONU, mos l’ha recomendao. -¡Bah! Escusas. ¡Er petróleo!, Curro. Jeso na más. -Osté, es mu suspicás, paisano. Lo’rrores cometíos con otros paises, son esperiensias pa restificás en er presente. -Mucha confiansa jase farta, pa creés que’so nos pondrá sobreaviso d’intereses bastardos. -Ahí ti’osté Asganistán, mostra presensia ayud’a que no se cometan atropellos criminales. -No sé quién se lo garantisará a usté. Pos, arguna ves habrá que salís d’allí, y nadie tié claro qué pasará en jese momento. -Entonces, ¿no cro’sté, c’habremos dao ejemplo de mostra civilisasión? -¿Nosotros? Curro, ni nosotros ni nadie va’nseñás a pueblos t’antiguos, cómo deben resorvés sus problemas. -Totás; c’un pan con junas tortas. Pos cambiando de tema: dígam’osté como’stuvo’r Meneses, l’otra noche. -Que crujías los güesos. ¡Como siempre!, Curro. Sobreto, por soleá y seguiriyas. -A este flamenco no se le pué ponés más que una farta… -¿Qué farta?, Curro. ¿Que usa bisoñé? -Jeso, a mí, compreder’osté, me resbala. A parte de que yo no sé si lo usa. Pero, ver’osté, si juera más selesto eligiendo las letras, ya que farta Moreno Garván… -Curro, ¿a usté qué le pasa? ¿Se la orvidao que vivimos tiempos en que se pué denunciás l’arbitrariedades que cometen los aprovechaos? -No, paisano, pero p’arguno’s mu machacón. En fin, osté sabe, yo con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…