viernes, 11 de junio de 2010
LA LASTRA
-Curro, menos má que’r tiempo mos da un respiro con unas temperaturas más propias de primavera.
-Es que vaya comienso de junio qu’hemos tenío, paisano, llegando a los cuarenta.
-Caliente, lo que se dice caliente, va a ser lo que el futuro nos va a deparar. Ya hemos empezado la semana con las movilizaciones de los sindicatos. Ahora a esperar al presidente a ver con qué reforma laboral se despacha, pues la mesa negociadora nada de nada, después de aguantar hasta las seis de la mañana de ayer, patrones y empleados, vamos.
-Rafalita, los sindicatos; y los funsionarios menos, no’ntién de barcos; ni quién oís hablás de sacrifisios, pos más qu’inviten a la carma la Comisión uropea y la patronás, pa recuperás la confiansa de los Mercaos. Y a Pepe Griñán, ya l’ha visto’sté, con la rebaja.
-¡Eso es! Los sacrosantos Mercaos, querrá usté desís, Curro. Hay que vés, cómo se les llenó la boca a los políticos, ¡de to’r er planeta! cuando dió la cara la crisis, jase dos años, prometiendo reformas pa que’r mundo de las finansas no siguiese campeando a sus anchas.
-Osté, s’empeña en echásle la curpa a los qu’en difinitiva mos prestan sus dineros pa seguís tirando.
-Y sus buenos benefisios que sacan, Curro. Lo que pasa’s que nosotros hemos desvirtuao la rasón de sés de las cosas, gastando más, insitaos por ellos mismos. Pos como la patronás y los sindicatos han fracasao, ¡inconsebible!, Sapatero, la semana prósima, hará la que le dé la gana.
-Pa jodés a la’mpresas, ya verá osté. Mientras, la sosiedá de consumo, paisano, gastando más de lo que se pué. Pasando pos los propios yuntamientos.
-Naturá, pos los ayuntamientos son, no se l’orvide a usté, los primeros que tién nosión de no pocas nesesidades que pasan muchas familias, en la llamada sosiedá de’r bienestás, y no puén mirás pa’tro lao, aunque tengan qu’entrampasse p’ayudásles.
-Pos, cuando se gasta lo que no se tié, vel’osté, lo que pasa.
-No; si eso está claro, ar perro flaco to se le vuerven purgas. Pero a las grandes fortunas, a esos, con crisis o sin crisis, déjel’usté ís a su bolo.
-Me temo, paisano, qu’esasger’osté. Si no ahí tié a la Borsa de valores, en caída libre.
-No, si yo no la pierdo de vista. Y ya sabemos los billones, en divisas, que diariamente sirculan, virtualmente, con er sólo objeto d’especulás. ¿Y la Tasa Tobin? ¡Qué lástima!
-No sé qué quié osté desís. Pos, grasias a eso, se crea riquesa, ¡y trabajo!, que’s lo más sagrao, paisano. Habiendo trabajo, lo tenemos tó.
-¡Sí! Er caso es que lo quién gratis. ¿Pa qué quíeo yo trabajo, si no me lo pagan y sustraen jesas mejoras sociales c’a lo largo de la historia, tanto dolós costó pa que fuesen reconosidas?; pos, por ellos, la mano d’obra tendría la misma considerasión que la prestada a los esclavos que se dejaron er pellejo, desde las Pirámides p’acá.
-Sipote, s’ha ido’sté un poc’atrás, ¿no?
-Si usté quiere, Curro, me vengo más serca; en nuestro país, jase cuarenta años, los pringaos, si se ponían malos, trabajaran o no, er médico ar que podían acudís era’r de la benefisensia: ¿o, ya no s’acuerda usté? Eso, en argunos sitios afortunados.
-Paisano, pero’stábamos viendo a la Borsa de valores caés en picao, no la’strapolasiones c’osté saca.
-Lo que’n la Borsa vemos, es lo que lo’speculadores y su dinero negro, propisian. Por un lao, eludís sus obligasiones fiscales; por otro, la inflasión de la’conomía, que tanto daño jase, poniéndonos a los piés de los caballos.
-A mí, me marea osté. Amos, y ¿cómo los gobiésnos de alemanes, franseses, británicos, qué sé yo …, también pone’n marcha reformas sociales tan drásticas?
-Porque los gobiésnos, Curro, ¡tós los gobiésnos!, jestá’n las manos de jesos prestamistas d’arto estándin. ¿Por qué?: por conseguís las mejoras sociales indispensables pa su gente, y debían habés pagao los que tanto s’han llevao, siempre.
-Yo, qué quié’sté que le diga … Visto así.
-Pos no le d’usté más vuertas, er mundo tié recursos pa tós vivís desentemente. Así que los que los mangonean pa su esclusivo disfrute, c’aflojen la guita.
-Sin que mos dejemos, paisano, a los políticos, metés la mano en er cajón.
-Jeso, por adelantao. To’r que tenga’r gusto d’agensiarse lo ajeno, quitásle las ganas, poniéndolo a la sombra entre barrotes jasta que lo devuerva con intereses.
-Jeso no lo veremos, paisano. Con lo que yo, sab’osté, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo… ¡Ah!, y hoy, ar comienso de los mundiales.
-Es que vaya comienso de junio qu’hemos tenío, paisano, llegando a los cuarenta.
-Caliente, lo que se dice caliente, va a ser lo que el futuro nos va a deparar. Ya hemos empezado la semana con las movilizaciones de los sindicatos. Ahora a esperar al presidente a ver con qué reforma laboral se despacha, pues la mesa negociadora nada de nada, después de aguantar hasta las seis de la mañana de ayer, patrones y empleados, vamos.
-Rafalita, los sindicatos; y los funsionarios menos, no’ntién de barcos; ni quién oís hablás de sacrifisios, pos más qu’inviten a la carma la Comisión uropea y la patronás, pa recuperás la confiansa de los Mercaos. Y a Pepe Griñán, ya l’ha visto’sté, con la rebaja.
-¡Eso es! Los sacrosantos Mercaos, querrá usté desís, Curro. Hay que vés, cómo se les llenó la boca a los políticos, ¡de to’r er planeta! cuando dió la cara la crisis, jase dos años, prometiendo reformas pa que’r mundo de las finansas no siguiese campeando a sus anchas.
-Osté, s’empeña en echásle la curpa a los qu’en difinitiva mos prestan sus dineros pa seguís tirando.
-Y sus buenos benefisios que sacan, Curro. Lo que pasa’s que nosotros hemos desvirtuao la rasón de sés de las cosas, gastando más, insitaos por ellos mismos. Pos como la patronás y los sindicatos han fracasao, ¡inconsebible!, Sapatero, la semana prósima, hará la que le dé la gana.
-Pa jodés a la’mpresas, ya verá osté. Mientras, la sosiedá de consumo, paisano, gastando más de lo que se pué. Pasando pos los propios yuntamientos.
-Naturá, pos los ayuntamientos son, no se l’orvide a usté, los primeros que tién nosión de no pocas nesesidades que pasan muchas familias, en la llamada sosiedá de’r bienestás, y no puén mirás pa’tro lao, aunque tengan qu’entrampasse p’ayudásles.
-Pos, cuando se gasta lo que no se tié, vel’osté, lo que pasa.
-No; si eso está claro, ar perro flaco to se le vuerven purgas. Pero a las grandes fortunas, a esos, con crisis o sin crisis, déjel’usté ís a su bolo.
-Me temo, paisano, qu’esasger’osté. Si no ahí tié a la Borsa de valores, en caída libre.
-No, si yo no la pierdo de vista. Y ya sabemos los billones, en divisas, que diariamente sirculan, virtualmente, con er sólo objeto d’especulás. ¿Y la Tasa Tobin? ¡Qué lástima!
-No sé qué quié osté desís. Pos, grasias a eso, se crea riquesa, ¡y trabajo!, que’s lo más sagrao, paisano. Habiendo trabajo, lo tenemos tó.
-¡Sí! Er caso es que lo quién gratis. ¿Pa qué quíeo yo trabajo, si no me lo pagan y sustraen jesas mejoras sociales c’a lo largo de la historia, tanto dolós costó pa que fuesen reconosidas?; pos, por ellos, la mano d’obra tendría la misma considerasión que la prestada a los esclavos que se dejaron er pellejo, desde las Pirámides p’acá.
-Sipote, s’ha ido’sté un poc’atrás, ¿no?
-Si usté quiere, Curro, me vengo más serca; en nuestro país, jase cuarenta años, los pringaos, si se ponían malos, trabajaran o no, er médico ar que podían acudís era’r de la benefisensia: ¿o, ya no s’acuerda usté? Eso, en argunos sitios afortunados.
-Paisano, pero’stábamos viendo a la Borsa de valores caés en picao, no la’strapolasiones c’osté saca.
-Lo que’n la Borsa vemos, es lo que lo’speculadores y su dinero negro, propisian. Por un lao, eludís sus obligasiones fiscales; por otro, la inflasión de la’conomía, que tanto daño jase, poniéndonos a los piés de los caballos.
-A mí, me marea osté. Amos, y ¿cómo los gobiésnos de alemanes, franseses, británicos, qué sé yo …, también pone’n marcha reformas sociales tan drásticas?
-Porque los gobiésnos, Curro, ¡tós los gobiésnos!, jestá’n las manos de jesos prestamistas d’arto estándin. ¿Por qué?: por conseguís las mejoras sociales indispensables pa su gente, y debían habés pagao los que tanto s’han llevao, siempre.
-Yo, qué quié’sté que le diga … Visto así.
-Pos no le d’usté más vuertas, er mundo tié recursos pa tós vivís desentemente. Así que los que los mangonean pa su esclusivo disfrute, c’aflojen la guita.
-Sin que mos dejemos, paisano, a los políticos, metés la mano en er cajón.
-Jeso, por adelantao. To’r que tenga’r gusto d’agensiarse lo ajeno, quitásle las ganas, poniéndolo a la sombra entre barrotes jasta que lo devuerva con intereses.
-Jeso no lo veremos, paisano. Con lo que yo, sab’osté, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo… ¡Ah!, y hoy, ar comienso de los mundiales.
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