jueves, 4 de febrero de 2010

..el plácido domingo y ¡ER PUTO LUNES!

¿Por qué ilusionarme quiero
al comenzar la semana?
Si lo que es comenzar, comienzo,
el lunes de mala gana.

¿Qué es lo que tendrán los lunes,
que de mi antipatía gozan?
Y, por más que quiero entenderlos,
¡que no! que de entenderlos no hay forma.

Detrás del lunes está el martes,
pero el lunes es tal peñazo…
que del martes no me fío,
y pienso que es un cobazo.

El lunes siempre te llega
y tú no quieres creerlo.
Pero ¡joé, que si llega el lunes!,
¡a pesar de tus desprecios!

Vas por la prensa del día
buscando un alegrón deportivo,
por ver si le arrimas un algo,
al lunes de tus martirios.

Pero, ni tu equipo gana
ni el entrenador espabila,
y el lunes –mu cabroncete-,
hasta que te acuestas, estira.

Yo mis neuronas exprimo
y no veo más salida
que, al lunes de marras, hacerlo
como el de pascuas florida.

Hagámoslo como el domingo
otra fiesta de guardar,
que días siempre tendremos
para poder laborar.

Que la voz popular diga:
¡el trabajo es la salud!
De tripalium viene el tal.
¿Adivinas la traducción?

Dar tortura –dicen los cultos-
lo que esto significa.
Pues, si el trabajar es eso:
¡a mí no me sacrifican!

Que trabajar sea un ejemplo
-será de vulgaridad-,
yo, para cuatro viandas
no cedo en mi integridad.

Y, si el lunes es una coña
tenerse que levantar,
ahora que caigo en la cuenta:
los demás días, ojú, ¡casi ná!

Mas si, al resto de la semana,
esta queja no quiere tocar,
aún, si a alguien le interesa,
lo podríamos revisar.

Y para dejar constancia
por si necesario fuese,
dejo mi firma estampada,
para lo que procediese.

Así, y con otros muchos,
con el lunes por bandera,
el ocio sería elevado
al rango que mereciera.

Muy opuesto al del negocio
que una nariz con olfato,
ipso facto repeliera.

He dicho.
Octubre, ‘06

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