domingo, 19 de septiembre de 2010
LA LASTRA
-Ya llega mi paisano, Rafalita, vay’osté poniéndole er cafelito que mí’osté lo tostaíto que viene.
-Ustedes si que lo disfrutan, porque una, no va tener esa suerte cuando le llegue la edad, con el panorama que nos espera, en esta cuesta arriba, que a ver quién la va remontar.
-Bien hallados s’an ustés, Rafalita…, Curro.
-Y osté bienvenido. Que me d’a mí que osté trae la lluvia consigo. Y los dos vién bien.
-Por aquí, Curro, no sé yo, pero pos la campiña, alguna ya’stará cayendo; y espero que no en tromba, como se despachó en mita’r verano, arrasando jasiendas y humanos.
-Jes lo que tién las nubes der verano, que de gorpe cae toa en er mismo sitio.
-Y, ¿usté, cómo ha llevao estas calendas?
-Yo… Qué qui’osté que le diga, con m’hijos, en er campo, sobrellevando los tiempos de cresis, que’r gobiesno mos ha traío. Osté, en la playa, seguro que mejós que mosotros.
-Bueno… ya sab’usté, Curro. De casero, de cosinero, y argunas veses jasta de chófes de to la troupe de mi sobrino. Pero, bueno, allí, las creaturas no pasan tanto calós como aquí.
-Que’st’año, la calós, mos ha dao pa ís tirando, paisano; como los garbansos, tor día metíos en er agua, de la pisina, sab’osté. Un verano caliente jonde los jaya.
-Pos caliente; lo que se dise caliente, er otoño que se presenta, con toa la movida de los sindicatos.
-C’hasta mosotros, los agüelos, quién que l’hagamos, no atendiendo a los nietos.
-Pos, mir’usté, Curro, no’s mala idea. Ya que más d’una familia sale adelante, pos los abuelos cuidando a los nietos, pa que los padres se vayan los dos a la calle a trabajás.
-Mucha tensión, paisano, y to pa vivís der cuento tanto mindundi sindicás.
-Usté, Curro, habla, por boca de tanto burgués que tié’r riñón cubierto, de oído, sin rasón que lo respalde. Porque, sindicalistas liberaos, están los permitidos por los convenios colectivos de la’mpresas, ni más ni menos. Es la ley.
-Y, digo yo, me qui’osté desí, ¿qué’mpresa pué pagás empleaos pa no dás gorpe?
-Curro, en los paises más avansaos, los acuerdos entre la patronás y empleaos se manifiesta a través de los convenios, jeso lo sab’usté. Y si una empresa cuenta con más d’un sentenar d’empleaos, los delegaos sindicales, legidos pos los propios trabajadores cuando toca, puén sedés las horas que le correspondan a la semana para su labós sindicás a uno solo d’ellos, que le permitirá, si son muchos, dedicasión completa. Y jeso, se debe, a los muchos años de lucha reivindicativa; no a nada caído der sielo.
-Pos, ya quisiera yo, en mis tiempos, habés tenío un chollo d’esos.
-Usté, como yo, tuvimos que tragás en la distadura lo c’había, y chitón.
-Paisano, pos ajora la cosa está mu chunga, pa c’una empresa puea sostenés tás situasión de liberaos.
-Er caso, Curro, no’s jese. Er caso es que la situasión, a la que nos han llevao los que nos han robao, incluídos los banqueros, no v’a permitís ni siquiera sostenés la’mpresa. Y jeso sí que’s grave.
-Pos lo caliente no se va quedás en er otoño, con er gobiesno queriendo subís lo’mpuestos, los bancos sin dar créditos, y er personás montando güergas, van a sés años.
-Pintan bastos en er panorama, con los que se lo quién llevás, pos la cara, sin contribuís solidariamente con los que se quedan, como siempre, con una mano atrás y otra alante.
-¡Pos, osté me dirá! Paisano, en fin, yo mientras, ya sab’osté, con mi chicuela de aguardiente de mostro pueblo…
-Ustedes si que lo disfrutan, porque una, no va tener esa suerte cuando le llegue la edad, con el panorama que nos espera, en esta cuesta arriba, que a ver quién la va remontar.
-Bien hallados s’an ustés, Rafalita…, Curro.
-Y osté bienvenido. Que me d’a mí que osté trae la lluvia consigo. Y los dos vién bien.
-Por aquí, Curro, no sé yo, pero pos la campiña, alguna ya’stará cayendo; y espero que no en tromba, como se despachó en mita’r verano, arrasando jasiendas y humanos.
-Jes lo que tién las nubes der verano, que de gorpe cae toa en er mismo sitio.
-Y, ¿usté, cómo ha llevao estas calendas?
-Yo… Qué qui’osté que le diga, con m’hijos, en er campo, sobrellevando los tiempos de cresis, que’r gobiesno mos ha traío. Osté, en la playa, seguro que mejós que mosotros.
-Bueno… ya sab’usté, Curro. De casero, de cosinero, y argunas veses jasta de chófes de to la troupe de mi sobrino. Pero, bueno, allí, las creaturas no pasan tanto calós como aquí.
-Que’st’año, la calós, mos ha dao pa ís tirando, paisano; como los garbansos, tor día metíos en er agua, de la pisina, sab’osté. Un verano caliente jonde los jaya.
-Pos caliente; lo que se dise caliente, er otoño que se presenta, con toa la movida de los sindicatos.
-C’hasta mosotros, los agüelos, quién que l’hagamos, no atendiendo a los nietos.
-Pos, mir’usté, Curro, no’s mala idea. Ya que más d’una familia sale adelante, pos los abuelos cuidando a los nietos, pa que los padres se vayan los dos a la calle a trabajás.
-Mucha tensión, paisano, y to pa vivís der cuento tanto mindundi sindicás.
-Usté, Curro, habla, por boca de tanto burgués que tié’r riñón cubierto, de oído, sin rasón que lo respalde. Porque, sindicalistas liberaos, están los permitidos por los convenios colectivos de la’mpresas, ni más ni menos. Es la ley.
-Y, digo yo, me qui’osté desí, ¿qué’mpresa pué pagás empleaos pa no dás gorpe?
-Curro, en los paises más avansaos, los acuerdos entre la patronás y empleaos se manifiesta a través de los convenios, jeso lo sab’usté. Y si una empresa cuenta con más d’un sentenar d’empleaos, los delegaos sindicales, legidos pos los propios trabajadores cuando toca, puén sedés las horas que le correspondan a la semana para su labós sindicás a uno solo d’ellos, que le permitirá, si son muchos, dedicasión completa. Y jeso, se debe, a los muchos años de lucha reivindicativa; no a nada caído der sielo.
-Pos, ya quisiera yo, en mis tiempos, habés tenío un chollo d’esos.
-Usté, como yo, tuvimos que tragás en la distadura lo c’había, y chitón.
-Paisano, pos ajora la cosa está mu chunga, pa c’una empresa puea sostenés tás situasión de liberaos.
-Er caso, Curro, no’s jese. Er caso es que la situasión, a la que nos han llevao los que nos han robao, incluídos los banqueros, no v’a permitís ni siquiera sostenés la’mpresa. Y jeso sí que’s grave.
-Pos lo caliente no se va quedás en er otoño, con er gobiesno queriendo subís lo’mpuestos, los bancos sin dar créditos, y er personás montando güergas, van a sés años.
-Pintan bastos en er panorama, con los que se lo quién llevás, pos la cara, sin contribuís solidariamente con los que se quedan, como siempre, con una mano atrás y otra alante.
-¡Pos, osté me dirá! Paisano, en fin, yo mientras, ya sab’osté, con mi chicuela de aguardiente de mostro pueblo…
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