viernes, 12 de marzo de 2010

LA LASTRA

-Ojú, cómo me dejé la siudad la semana pasá, Curro: estaba tomá pos un ejérsito de polisías.
-¿Se refier’osté ar sábado?, paisano. ¿Es que no sabí’osté tós los ministros d’esteriores uropeos que s’habían juntao aquí, pa consensuás.
-Sí; lo que yo no sabía es qu’eran tantos. Pa l’hostelería, gloria bendita.
-No, si en jeso, la cosa no fue má. Pero a vés quién lo paga; si v’a salís de muestro borsillo, vamos daos, paisano.
-Inversiones, Curro; jeso se llama invertís pa má’delante ostenés benefisios.
-Paisano, pos ¿a vés dónde caen jesos benefisios?, si to’r mundo jestá más tieso que’r deo san Juan.
-Er dinero no s’evapora, Curro. Arguien lo tié; y lo gasta viajando y jasiendo turismo. Y son gente que les gusta epatás, acudiendo a visitás los sitios c’aparesen en los medios de comunicasión.
-Pos ¡que se den prisa!; c’aquí ya, ni’r campo da josnales con la repetisión der diluvio’niversal qu’estamos padesiendo.
-Cierto, Curro, y más nieve. Er embalse más grande d’esta tierra, en nuestro pueblo, c’hasía décadas que no se llenaba, ya no pué más y la’stá sortando. Y er campo imprasticable: asitunas pos los suelos, naranjas, hortalisas, fresas, tó podrío; er ganao pa comés se tié que sumesgís en las lagunas que cubren los pastos… ¡Qué ruina! Y con tanta criatura que no tié a dónde acudís pa ganase la vida con unjosnal, ¿qué vamos a jasés?: ¡pos subís los impuestos!, y remediás lo que podamos, subsidiando a los qu’están tan en precario.
-Osté, pae, siempre dando la tabarra con lo mismo. ¡Y los terremotos ahí tós los días asustando a arguien!
-Ahora’n Turquía; y como es un país deprimido, con malas contrussiones, más muertos y más catástrofe. Jeso, además, con Chile que no para: ayés mismo, ¡toma ya! otro, aunque menos virulento.
-Pos, seguís ayudando no sé quién podrá: donde n’hay, no se pué sacás ; y lo’spertos, a la cresis no acaban de vesle salida.
-Y no la’ncontrarán, Curro, si lo’sinvergüensas que l’han provocao no se la buscan.
-Pos, hablás de sinvergüenzas es un femismo, paisano; aquí lo que conviene es ponesle nombres propios a las cosas.
-Jeso lo sabe to’r mundo, Curro. Los que mangonean er tinglao; que no son otros que los de siempre, mu listos pa lleváselo. Y además pos la cara, sin contribuís ar fondo común.
-Tonses, ¿pa qué queremos a la clase política que mos dirige?, ¿es que no le v’a pones coto a jesos granujas?
-La política no tié er braso tan largo, pa llegás al cubil donde jesa chusma s’esconde.
-¡Pos si que d’osté ánimos! No m’estraña qu’er propio ministro, conseje a los trabajadores contratás planes de pensiones pa tenés má ingresos cuando se jubilen.
-¡Sí!, Curro, como él y otros colegas der gabinete las tién, ¡hala!, a ponés más ricos a los ricos; jay que reconoser qu’er ministro tié menos imaginasión c’un piloto automático. ¡Como to’ste gobiesno! Pos no sale ahora la ministra d’economía disiendo que si lo llegan a sabés, n’hubieran eliminao er impuesto sobre’r patrimonio.
-Hombre, paisano; jeso no v’a tenés, ahora, la curpa der desaguisao.
-¿Cómo que no? ¿Usté, no sabe -no será pos mi curpa- que la justisia sosial estriba en mantenés una caja de compensasión, que cubra las prestasiones que se deben a los menos favoresidos?
-¿No lo voy sabés? ¿Pero, argún respiro d’impuestos tendrá c’habés?
-Curro, jeso’s mu fásis: creás riquesa; ésta produse puestos de trabajo, y éstos, nóminas pa que los trabajadores cotisen. Jése’r juego. ¡No le d’usté, más vuertas!
-Osté, to lo ve mos’ensillo, pero cuando no jay, no jay
-Er dinero estará en argún lao, ¿no? Pos que sarga y no sea tan cobarde: ¡sircule, sircule!
-Argunas veses, paisano, me pregunto quién le met’osté’sas ideas.
-Si jeso, Curro, lo sabe cuarquiera que lea’r diario.
-¿Er diario?: no, pae. Osté ya sabe…, yo con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo, pos ea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario