LA LASTRA

-Paisano, y’habrá vist’osté, a los der pesoe andalús lo listos c’han estao aprobando’r decretaso pa incluís a tos lo’mpleaos de la Junta, como junos funsionarios más.
-¡Como que tós los sindicatos de los funsionarios por oposisión se suben por las paeres! Pero, no’stá claro que’so sea así.
-Desde’r otoño no paran. Aunque no met’usté a comisiones y ugeté. Ya sob’osté, paisano, c’aquí naide da puntá sin jilo.
-Es c’hay muchos intereses crusaos, Curro. Los funsionarios, que quien tenés ar toro cogío pos los cuesnos, y los gobernantes, no’stás sometíos a jellos pa ponés en marcha sus programas elestorales.
-Y que’s mu rentable en votos enchufás a los amigos y familiares, paisano.
-De to jabrá, Curro. Pero’r político cuando gana elessiones quié trabajás deprisa, y pa jeso tié que contás con er personás que trabaja en las institusiones.
-Jeso lo’ntiendo, paisano. ¿Qué pasa?, ¿que no’s jasí?
-Pos, no siempre, Curro. Pos, si’r funsionario en cuestión no es de su cuerda, en muchos casos, crusa palos en las ruedas de’r carro político. De ahí, la creasión de tantas empresas públicas.
-Totás, asministrasiones paralelas.
-No tanto, pero argo paresío.
-Y, ¿lo’sministraos mos tenemos que conformás?
-Los asministraos, Curro, tendríamos que’stás más ar loro, y apoyás a los políticos elegíos en las jusnas, pa que’n ves d’enchufás a los suyos, sansione a los funsionarios c’ostruyan la labós de los responsables de cada negosiao.
-Y por si argo funsionaba, viene’r asunto d’eso que llaman EREs.
-Un marrón der que ya, la semana pasá, pudimo’straés conclusiones.
-Yo, que quié osté que le diga. No m’entero de na, con jesas siglas.
-Sí, Curro. En ellas s’ensierran la’yudas que’r gobiesno, a través de las comunidades autónomas, presta a quienes se prejubilan d’empresas públicas en crisis.
-Y, ¿qué pasa, que l’han dao dineros a quien no correspondía?
-En aclaraslo s’emplean los tribunales de justisia, por las irregularidades que detestaron los de la Junta andalusa. Lo que pasa’s que’r pepé’stá’mpeñao en que lo investigue una comisión paslamentaria, y er pesoe dise que nones.
-¡Temerán que sargan chanchullos! Si no ¿a qué tant’oponesse?
-Es lo que piensan muchos. Pero los partidarios der gobiesno’ndalús, argumentan que’so’s poné’r ventiladós en las cloacas de los que gobiesnan.
-En fin, si pos lo menos la justisia pone a los corrustos a buen recaudo, podremos dasmos pos satisfechos. Porque, los dijustos no fartan, paisano. Mir’osté, otra ves, a Rumasa.
-Curro, si no juera por la ruina que v’a llegás a tantas familias de trabajadores, diría que’s lo c’hase tiempo s’esperaba, y casi complasiéndome. Jueraparte la crisis, siempre son los mismos bocasas los que dan er cante, aparte de los chanchullos.
-Entr’unos y otros, s’habla de más de diés mís puestos de trabajo’r garete. ¡Vaya convulsión!, paisano.
-¡Sí!, por si no’stábamos bien servidos. Y ensima, ca ves son más los vesinos musurmanes der sús, que s’han puesto a remojás sus barbas.
-¡Paisano! Er efesto simpatía de la porvora jardiendo, pué llegás jasta Mauritania.
-Por jeste lao. En er otro, Curro, ha llegao a Libia ya. Así que Jordania y algunos más de la peninsula arábiga que ahora miran pa otro lao, ni le cuento.
-¡Juy, yuyuy! Pos yo, mientras, osté sabe, mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo.