domingo, 27 de febrero de 2011

LA LASTRA

-Convendrán ustedes que cuando el pueblo se tira a la calle, acaban hasta con el Gadafi.
-¡Pos claro, Rafalita! Lo que pasa’s que mo’stamos acostumbrand'a los palos, sin desís ni mu.
-Si er pueblo fuera más contestatario ante los gobesnantes, menos distadores dormirían.
-Aquí jeso no lo veremos, paisano. Con er estómago lleno, mos orvidamos der espiritu.
-Curro, pos, presisamente, er pueblo musurmán que s’ha tirao a la calle, no’s un pueblo deprimido en lo materiás.
-¿Qué me quié osté desís, que los moros de Libia, Túnes, Egisto, y l’otros, vaya; no son jesos que llaman der tersés mundo?
-¡Esasto, Curro! Pué ses que no’stén tan colmaos, como nosostros, de cosas. Pero no son gentes hambrientas ni isnorantes.
-Cosa que m’alegra, paisano. Er sentido de la disnidá no to’r mundo lo posee como piedra’ngulás de la esistensia.
-No sab’uste, Curro, cómo me gusta su persessión poético filosófica. Y que a la ves sepa que los paises islámicos, por serlo, no son una turba de anarfabetos a mersés de las moscas.
-No me subestim’osté, paisano, que yo conosco argo de l’historia; y cómo, mosotros, en lá’poca de los califas, jestábamos rodeaos de sabios.
-Lo sé, lo sé, Curro. Pero, los malos entendidos, intensionaos, se difunden pa despretigiás. Y muchos pueblos, pa’vitás derramamientos de sangre, se vuerven, sabiamente, pasientes.
-Pos, como n’ha servío de na tanta pasensia, ahí ti’osté’r Gadafi, más acorralao que’r generás Custes y er séstimo de caballería por Toro Sentao.
-Y yo que m’alegro. Como de l’otros dos sátrapas de Túnes y Egisto. Así podía continuás hasta China, pa vés si s’orientan, como desía er Gómes de la Sesna.
-¡Y llegá’sta’quí! Que’r Setapé anda un poquito desorientao. Porque, si no, ¿a qué vendésle tantos millones en armamento ar Gadafi?
-Sí, Curro. Una conveniensia d’Estao con la que yo tampoco estoy d’acuerdo. Y, jeso, no sólo con Sapatero. ¿A dónde dej’usté a l’oposisión?, sobretó a don Mariano. Porque, la respuesta que dio a la muchacha que le preguntó por cómo iba a solucioná’r paro de la juventús, si ganaba las elessiones, se las trae. Y si pué, venderá más armas.
-¡Lo que yo digo!, paisano. Los políticos, sólo’stán pa salís en las fotos.
-No, pae. Yo no soy tan estremoso. Tién sus lassos, es verdá, pero también jan sío capases de respondés. A partís der tejeraso de jase treinta años, no tós los políticos s’han columpiao, aunque siempre se pué jasés más.
-Bueno, aquello fue otra'soná desimonónica, acorde con er país de charanga y pandereta que mos dejó’r distadós.
-Y, que se trató de no arremetés contra quienes deberían jabés respondío a tanto atropello.
-Pero, de lo que naide se’stá percatando, paisano, es de la que mos espera’r presio que se v’a ponés er petróleo.
-Sí, Curro. Y er gobiesno, y’ha presentao un decreto limitando la velosidá másima de los coches en carretera, a siento dies.
-¿Y qué v’a conseguís con jeso?
-¡Pos que la gente queme menos combustible!, pae. Porque si no, no va’ncontrás guita pa pagaslo.
-¿Y osté cree que la gentes v’a pisá’r freno?
-¿Y qué remedio?, Curro. Si no quié usté que le casquen una sansión.
-¿A mí? Yo, paisano, ya sab’osté, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario