sábado, 30 de octubre de 2010

LA LASTRA

-Impuestos y más impuestos, pero las jubilaciones, por más que el gobierno se haya reforzado, no habrá quien las toque.
-Bueno, Rafalita, pero que los sindicatos no se confien. Pos lo pronto, las cotisasiones sosiales pa cobrás la pensión van a sumás más años.
-Nosotros los autónomos, como no nos busquemos la vida, las pensiones de jubilación nos suenan a alfabeto chino.
-Pos hoy en día, Rafalita, l’utónomos tién la posibilidá de cotisás pa cuando llegue la hora.
-¡Ay! No sé qué decirle a usted, todo son sacadineros, y el negocio no da para tanto.
-Habl’usté con Curro que, por ahí viene ya, le informe a vés quién se lo llev’a sus hijos; tanto dinero no le va suponés, mujés.
-¡A los güenos días! Vengo de ponésme la vacuna’ntigripás, paisano, y cad’año somos más viejos pa vacunáse.
-Sí, Curro, c’hay que cuidáse y mantené’r parmito, pa durás más que un trajepana y, en er otro barrio, no’speren sentaos. Pos bastante tenemos ya con la crisis económica, como pa que’nsima nos pille una de salús.
-Es que la cresis, paisano, se murtiplica; s’abrá osté’nterao de la faenita der número dos der pesoe andalús.
-¿No me voy a’nterás? La’posisión está a la casa y castura, y no deja pasás ninguna, con lo que tié’nsima en Valensia, que más valdría c’allí pusiésen a arguien pa contás lo que s’están llevando.
-¡To’stá mu bien!, per’es que ¿los políticos no van a dejás de metés la mano en er cajón? Jéste, pos lo pronto, ha dimitío; argo es argo.
-Ya sab’usté, Curro, los políticos no son uno’straterrestres, ajenos a las debilidades de cuarquiés mortás; por tanto, entrellos, hay de to. Jeso sí, grasias a la democrasia, l’oposisión ejerse denunsiando a los corrustos, y que la justisia los persiga.
-Es c’a la justisia se l’amontonan los granujas, paisano. Entre los malayas; los ballena blanca; los acardes marbellís; lo’tarras vascos… ¡Josú, josú!, pae, osté no ve.
-Pos ya que lo dis’usté, la Eta, pué que deje de sobresartános a no tardás.
-¿Osté, cré? Jeso sería la mejós notisia con la que mos podríamos levantás cuarquiés día. Bueno, y er paro, paisano. Que deje d’umentás en mostra provinsia, que’n er país de los paraos somos líderes.
-Sí; según l’últimos datos, sí. En fin, no s’orvid’usté, Curro, c’una de las rasones prinsipales pa que Rubarcaba llegue a visepresidente primero, ha sío la lucha’ntiterrorísta. Y’speremos que asimismo pa reducís jesa mardita lacra de desocupaos laborales.
-No; ya. Y que, pa Setapé, s’esplica mu bién, y jeso no’s moco de pavo. Vamos, dise er presidente, que ya manda güevos a’sta’rtura’r descubrimiento. Ajolá, pronto, se viesen los resurtaos.
-Argo bueno tendríamos que’ncontrás, de una ves, en nuestros vesinos gabachos y lusos, respesto a Eta. Y, además, con los siviles tras sus pasos, l’han puestos las peras ar cuarto a jesos mataviejas a suerdo.
-Y, der moro der sús, ¿no ti’osté na que desís?
-Bueno, Curro, ar paresés, en Marruecos, los terroristas no las tién consigo, lo cuás es un respiro. -No, si yo lo desía, paisano, por cómo se las gastan los guardias der soberano lagüita, con los de los territorio’cupaos der Sájara españós.
-Ya veo; uste’stá pensando en jesa criaturita muerta por los disparos de la polisía.
-¡Crupulosos que son los marditamare! Y así, allí, a vés quién dise mu. Pos no dejás pasás, no dejan ni a lo’nviaos de prensa, pos lo menos a lo’spañoles. Y, no se nos pué orvidás, paisano, que’r personás d’aquellos territorios jueron considerao’spañoles.
-En fin, España ya le dió la independensia. No’stante, er gobiesno ¿qué pué jasés?, Curro, si los mericanos y los mismos uropeos los tién, a Marruecos con Argelia, como’r muro de contensión der fundamentalismo islámico.

-Ya me’strañaba a mí c’osté fuera a metése con Setapé. Pero, a mos a llevásmos bien, paisano. Osté sabe, yo, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo…

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