LA LASTRA

-Ea, Curro, ya ti’usté ahí ar notario gallego jasiendo las maletas pa intalase’n La Moncloa.
-Ya lo creo, paisano, a Rajoy. Y’speremos que se ponga las pilas pronto, por c’a mí se me jase que los mercaos tien prisa, pa vés cómo vamos a pagás lo que debemos.
-Pos, que no corran tanto, Curro, porque como no dejen de tirás de la soga que nos aprieta la respirasión económica, nos afisiarán y, después, no sé quién v’a pagasle.
-Lo que pasa, es que no vemos que la’conomía se rastive, y así, puestos de trabajo, se crearán pocos.
-Por supuesto, Curro. Ahí tenemos a Gresia y a Italia, c’han cambiao sus gobiesnos, y como no’ncuentra las fasilidades presisas pa que los empresarios ostengan créditos, y la gente tenga confiansa, pos tararí que te ví.
-Desde luego, paisano, osté me perdonará, pero Setapé, a mosotros mos ha dejao más tiesos que’r rabo una paleta, y así...
-No. Me v’a perdonás usté a mí. Pos, tar cuás están las cosas, Curro, tenemos que sés más reflesivos antes de dejasnos llevás por lo que l’interes’argumentás a los que nos mangonean.
-Pos, no sé a qué se refiere osté, si no me lo’splica.
-Atienda usté, Curro. Yo’ntiendo que, Sapatero, s’haya comío’r marrón que l’han querío endilgás, acomplejao pos las muchas meteuras de pata que, en su inosensia, durante su mandato ha clavao. Y, por ello, no s’ha enfrentao con coraje a los maníos mercaos. ¡Pos, debió jaseslo!, ya que to la ruina que tenemo’nsima, l’ha provocao la’mbisión de banqueros e inversores, empeñaos en colocás sus capitales en donde más réditos sacaran, sin mucho’scrúpulos, y ya vi’usté lo de Guós Strís con la Borsa jecha un asco, en Nueva Yós; y er jundimiento aquí del ladrillo, que tampoco’s moco de pavo.
-Sipote, paisano, que’r que invierte quíea ganás dineros, ¿le paese a osté má?
-Por mí, como si se la machacan. Lo c’a mi no me gusta’s que quieran, después, jasesnos pagás a los que no tenemos na que vés, los costes de su errós. Los pringaos, no les dijimos a los inversores y banqueros donde tenían qu’invertís.
-Pae, y más cosas. Pos, además, mosotros somos poco competitivos, comparaos con otros países industrialisaos.
-Nosotros, Curro, somos lo sufisiente y, además, de los más adelantaos en cuanto a los derechos sosiales de los trabajaores, y de las clases menos favoresidas.
-Tós jesos avanses, nadie los niega, paisano. Pero muchos costes y poca produstividá, cuando llegan ar mercao, disen m’hijos, no’stán a l’artura de los fabricantes con los que tenemos que competís.
-Ya; si los fabricantes estranjeros no cubren las demandas esigidas por los derechos humanos, y esplotan a sus trabajadores en distauras d’asero, ¿querrá usté jeso, p’aquí?
-Que no, paisano, que no’s jeso. Se trata de que tós arrimemo’r jombro.
-Mir’usté, Curro. A la Comisión Europea en Bruselas, l’ha fartao tiempo pa pedisle a Rajoy, una reforma laborás, término eufemístico donde los haya, pa combatís er paro. Y digo yo: ¿será’r mismo que l’ha pedío a Gresia, a Portugas…? Allí, s’han tirao ya tós a protestás a la calle.
-Claro, si n’hay otro.
-Pos conmigo, Curro, que no cuenten. Vorvés a la esclavitús de los faraones egissios, no es lo más edificante y, menos, la que pide’r aspirante republicano a la presidensia en la Casa Blanca nortamericana.
-¿Er contrincante der presidente Obama?
-En efesto, Curro. Un tás Gingrich, que quie vés a los niños mayores de nueve años, de familias defavoresidas, dando’r callo, pa ayuás a sus padres. Jesto no’s de resibo.
-Veremos, paisano. Mientras, osté sabe, yo con mi chicuela de mostro pueblo…