viernes, 16 de diciembre de 2011

LA LASTRA

-Que digo yo, que, ya tenemos a los nuevos parlamentarios en sus sillones, aposentados.
-Sí, Rafalita. Y las primeras frissiones entre’llos a cuenta de la representasión reglamentaria, d’un grupo vasco, exigida pa formás las mesas.
-Y, ¿qué pasa, paisano. No’s sufisiente habés sacao los votos nesesarios?
-Por supuesto. Lo c’ocurre, Curro, es que pa c’aquello no sea un gallinero, queriendo tós hablás, se forman grupos y ca uno elige un portavós, que será’r que siempre tomará la palabra representándolos a tós.
-En fin, paisano, habrá que confiás en que no s’an como los niños chicos, peleándose por chorrás. En ves d’arreglás la ruina que tenemo’nsima.
-Y que Mariano, no pase con er rulo der Pepé por la Cámara. Pos, teniendo mayoría assoluta, me paese a mí que no v’andás poniéndose d’acuerdo con nadie.
-Lo que sea cuant’antes, y que la’mpresa’ncuentren apoyo der gobiesno, y pongan ar personás a producís.
-Po’speremos, Curro, que no sea como quie la patroná.
-¿Se refier’osté, a los minicontratos?
-A jeso, y a toas las ocurrensias que lleva unos días proponiendo'r presidente.
-Paisano, lo que’stá claro’s que si los negosios no produsen más barato, no se podrán vendés los géneros, y con jesas no se podrá’mpleá a la gente.
-¡Ea! Una solución pa tenés gente pagándoles menos, y las joras c’hagan farta.
-Las c’hagan farta, no. Las correspondientes ar contrato en custión.
-Jeso, no se lo cr’usté, ni jarto pestiños, Curro. ¿O’s que los contratos mini, no’sisten ya desde tiempo ha, llamados basura?
-Según m’hijos, los que dise’r presidente de la patronás, serán como’r de los alemanes.
-No, pae. Este señós barre pa casa, y se saca un pichón blanco de la manga. Predistigitasión que se dise. Y proponés pagás menos con jesos mini, de las narises.
-Yo, paisano, qué qui’osté que le diga. Si’mpleos no se crean, jasí’r menos…
-Pos, yo, con estas propuestas a costa de los pringaos, como siempre, no negosio. Y, menos con la idea de despedís a’mpleaos públicos, y a los que no, quitásle las pagas estras. To, sin contemplás que, por mu barato que quiean vendés, si la gente no ti’un euro, ¿con qué v’a comprás?
-A mí se me jase, que’so sería’r prinsipio. Luego, con los güenos trabajaores, pa no perdelos, siempre se negosiaría.
-Usté tie mu buena fe, Curro. Y es posible que’n mucha’mpresas, en cuanto se puea, dignifiquen er trabajo. Pero, como’mpresarios casi no hay, sino especulaores, y cantamañanas, como’r conde jese, hijo de la casa d’Arba, c’arremete contra los jóvenes.
-Paisano, no confund’osté. C’hay muchos, con responsabilidá, como m’hijos, ca machamartillo mantie’r personás. Con muchas fatigas, per’ahí’stán los tíos.
-Ya lo sé, Curro. Sus niños, ¿a quién se van a paresés? Usté sabe ca los que yo me refiero, son jesos mindundis esplotaores y tramposos, c’además ni pagan los servisios sosiales de los que’splotan, y los benefisios los sacan der país.
-Jés’otra custión, que’r gobiesno tie que resorvés: la fuga de capitales. A mosotros, jeso mos resurta imposible. Son los políticos y sus amiguetes. Como’r Undansarín reás.
-Y los de Valensia; y los de Madrí, que’stán sentaos en er banquillo, negándolo to a pesás de sés pillaos con las manos en la masa y tantos trajes. Y que, después de to, no devuerven na de lo que s’han llevao. Nosotros, Curro, somos unos tiesos, y nos mareamos con tanto chanchullo.

-Pos, jeso que’mpiesen a controlaslo ya. Que manden a tantos funsionarios que le sobran, a impessionás, y a recaudás. Mientra, paisano, osté sabe, yo con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo.

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