viernes, 30 de diciembre de 2011

LA LASTRA

-Paisano ¿Ha pas’osté la Nochegüena bien, o en familia?
-Curro, viene usté mordás, pa no desentonás con el entosno. Pero, bromas aparte, uste sabe que me vine der pueblo, y la pasé con mis sobrinos.
-Ya lo sé pae. Pero, como’stoy contento, me salió la cosa humorística.
-¿Ti’usté motivos pa reís? ¿O lo jase pos no llorás? Pos, si es porque pintan bastos con la primera medía de Mariano…
-Esplíquese, paisano. Qué’s lo que mos pasa con Rajoy.
-Na, Curro. Si no s’ha’nterao usté, yo l’informo. Pos lo pronto, er salario mínimo, por primera ves en la historia de nuestro país, l’ha congelao.
-Ver’osté, pero como’stán las cosas, y pa ís amortisando lo que debemos a los mercaos financieros, ya sabíamos que’r gobiesno tenía c’apretamos los machos.
-¡Jeso! Y empiesan pos los más desgrasiaos. A los montaos en jierros, no. Pa jeso han ganao ellos, ¡ea!. Les paeserá que seisientos cuarenta euros es mucho, ¡y que s’apañen como puean!
-Paisano, a tós mos v’a costás argo, no sólo a los suerdos más bajos.
-Ya. Pero, insisto. Empiesan pos lo que menos tien. A los demás, está por vés. Mi’usté, que los griego’stán tiesos, pos su salario mínimo son unos sien euros más que’r d’aquí.
-Sí, pero’n Portugás, lo tien siento sincuenta más bajo.
-Claro. Y en lugás d’igualasnos por arriba nos ponen a mirás p’abajo. Un agravio a toas luses, Curro, si además, pa ponesnos los dientes largos, publican las retribusiones de la Casa Reás.
-Pos, si tós no jasían más que pedís que mos lo publicasen, pa sabés por dónde pajean.
-Qué menos, pae. Y, ya que l’han sacao a la lus pública, también podían desís en qué lo gastan.
-Y, a mosotros qué más mos da. Lo que teníamos que sabés, ya’stá la vista. Y pa l’año que viene, lo mismo, y así vés la subía que l’asjudican.
-Pero, Curro, después der escándalo de lo de su yesno Urdangarin, er Rey tie que das ejemplo, esplicando en qu’invierte lo c’ahorra.
-Y digo yo, paisano, ¿a mosotros mos v’a suponés argo, sabeslo?
-Mucho. En este país, con tanto especulaores, y pocos inversores desentes, jase farta sabés en dónde ponen sus capitales y si crean riquesas y puestos de trabajo. Pa dás ejemplo, vaya.
-Pos, este’s un país libre. Y naide’stá obligao a dasmos esplicasiones.
-Por supuesto, Curro. Pero’n tiempos de vacas flacas, o canijas, como los que se vislumbran, bueno sería’rrimás er jombro, jasiendo patria con las cuentas claras.
-No’stá má. Pero no podemos obligás a naide, y meno’r Rey.
-Con medidas d’esas, lo’spañoles demostraríamo’r patriotísmo ca muchos se les llena la boca tenés.
-Sí. Y ahora, jeso, ¿quién lo jase?
-Que yo sepa, nadie. Pero, Curro, con er coste que’r pueblo se ve obligao a pagás, ¿no cre usté que va siendo hora de ponés er asunto sobre la mesa?
-Me temo, paisano, que mosotros jeso no lo veremos.
-Este país tie c’aprendés las buenas costumbres d’otros, c’además pagan religiosamente sus impuestos, sin evadís sus capitales a paraísos fiscales.
-Me temo que jeso lo harán mu pocos.
-No teng’usté tanto temós, Curro, y fíjese, un ponés, en los nórdicos. Y mir’usté qué casualidá, allí los salarios mínimos son tres o cuatro veses mayós que los d’aquí.

-No sé, paisano. Veremos cómo’ncaramo’r año nuevo. Yo, osté sabe, con mi chicuela d’aguardiente de mostro pueblo, pa ísmos entonando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario